De Alicia en el país - Alejandro Drewes, Buenos Aires, Argentina

Pero qué secreto

callan los labios,

qué oscuro latido

súbito raya el cristal

de ese mundo de pronto.

Atávico gesto de pausa

entre dos tazas de té

falda abajo, falda

arriba. Y luego

esa rara seducción

de ingrávida luna,

en la niebla el paso

tuyo que cruza

ese último espejo.

Pues ella y tú saben ya

de aquel otro país

que fulge al centro

de altísima noche.

Del viento que sopla

su cuerno y del tiempo

que vuelve dos sombras una.